No permitas que nadie te diga cómo tienes que sentirte en esta situación. Es una situación única, diferente a todas las que hayamos vivido antes y por lo tanto, todas las emociones caben en ella. Hay gente que se atreve a decirte cómo te tienes que sentir y a veces con una fuerza tremenda invalidan tus emociones, pero la verdad es que ahora toda emoción vale y toda la emoción sentida nos está dando información sobre nosotros y sobre lo que estamos viviendo.
La preocupación, el miedo, el pánico, la desesperación, la angustia, la incertidumbre, el desasosiego, el aburrimiento, la tristeza, incluso la alegría, la tranquilidad y la calma se ajustan a lo que vivimos.
Nuestros hábitos han cambiado, nuestras rutinas son otras, estamos separados de amigos y familiares, es una situación increíble, extraña, sobrevenida que nos ha atacado
La vida nos pone ante un nuevo reto donde no encontramos modelos de comportamiento a los que agarrarnos, donde no tenemos referentes, en general, donde no hay una forma de sentirse adecuada.
¿De cuántas cosas te has preocupado que nunca han ocurrido en realidad? Y ¿de cuántas otras nunca te habías preocupado y ocurren? Yo nunca me había preocupado de que iba a vivir una pandemia. Claro que no estábamos preparados porque no se puede estar preparado para lo que ni se sospecha que va a ocurrir.
En este artículo no te vamos a dar ningún consejo, no sé vosotros pero yo estoy harta de recomendaciones y consejos. Solo recuerda que todos lo sentimos todo y que en esta situación las emociones se viven con más intensidad porque es nueva y no vivida con anterioridad.
Otra cosa que nos ocurría era, que en el día a día, cuando estábamos inmersos en nuestra rutina podíamos apartar o aplazar lo no resuelto y las emociones que lo acompañaban. Puede que ahora nos hayamos parado a pensar cosas que nunca habíamos pensado y las emociones nos acorralen, no solo las propias de la situación de confinamiento sino también las que se arrastraban de situaciones no resueltas.
En esta situación, cuando nosotros mismos somos nuestra mayor compañía, las emociones nos rodean y lo que no estaba resuelto nos estalla pidiendo paso. Las cosas que estaban mal, aunque no fuéramos conscientes ahora salen a flote y hay urgencia en resolverlas.
Dicen que los momentos de crisis son momentos de oportunidad y es probable que enfocando así esta situación encontremos la calma que necesitamos para aprender a vivirla.
Aceptemos desde el principio de realidad que lo que es, es y busquemos cada uno de nosotros las mejores estrategias para vivir estos días lo mejor posible.
RAQUEL GARRIGÓS CASTILLEJO