El ocio como herramienta para educar
Los constantes llantos de Sebastián, despertaron en mí la necesidad de conocerlo mejor y averiguar qué cosas le gustan, qué lo relaja, qué le interesa y qué le hace feliz. Mientras que Sebastián fue bebe, y luego no tan bebe, siempre he justificado sus llantos “hambre, sueño, frio, calor, los dientes, y porque no: mal de ojo” (que es un mito todavía muy actual que en ocasiones tendemos a creer en él aunque sea como un último recurso).
La llegada del diagnostico calmó un poco la ansiedad que tenía al no saber porque mi pequeño lloraba tanto, pero a la vez fue el motor que me impulso a buscar alternativas a ese llanto. El comienzo fue difícil porque Sebastián era muy pequeño, no tenía ningún tipo de lenguaje y carecíamos de las herramientas necesarias para comunicarnos. Eso me dejaba pocas alternativas y me he tenido que guiar por mi instinto de madre y el enorme amor que nos une, para conocernos mejor y ganarle la batalla al llanto. Era difícil ganarle la batalla al llanto porque el llanto estaba presente incluso en los sitios mas divertidos como el parque al aire libre o el parque de bolas. Cuando íbamos al parque, si había niños jugando Sebastián empezaba a llorar y si no nos íbamos, lo hacia cada vez mas fuerte hasta que conseguía que nos marcháramos. Pero poco a poco, con mucha paciencia y mucha constancia al cabo de un buen tiempo conseguimos no solo que dejara de llorar, conseguimos que pudiéramos disfrutar y lo hicimos juntos, como inseparables compañeros de juego. En los parques de bolas también conseguimos vencer el miedo y el llanto (entraba aterrado y tembloroso) y hoy en día puede disfrutar de ir a estos parques, y no lo hacemos como hábito, solo, lo usamos como un momento de ocio para desconectar y disfrutar.
En nuestro tiempo libre siempre que hemos podido también hemos ido a la playa, a Sebastián siempre le ha gustado y se ha relajado en este entorno. Al principio cuando era pequeño con dos y tres años se relajaba muchísimo tirando piedras al agua, así que yo iba con los bolsillos cargados de piedras, para que su diversión no tuviera fin. También le encantaba acostarse en la arena y removerla con sus pequeñas manos, o correr sin miedo hacia al mar y disfrutar con todas y cada una de sus olas. En la playa fue donde empecemos a jugar respetando normas, reglas y turnos. En un entorno agradable y relajado es mucho más fácil introducirle cualquier juego nuevo y que lo pueda entender, pero, también es importante hacerlo de forma natural y no invadirle, ni obligarle ya que es un entorno que aprovechamos solo con el fin de disfrutar y relajarnos. El hecho de utilizar el ocio y el tiempo libre como herramienta para conocernos nos ha permitido vivir experiencias placenteras y enriquecedoras pero también nos ha permitido trabajar y mejorar algunos aspectos con respecto a la conducta y el comportamiento de Sebastián. El poder comprar sin la necesidad de correr detrás de Sebastián por las tiendas, o esperar el interminable turno en algunas colas, o incluso la tolerancia a la frustración a la hora de permanecer sentado en salas de esperas de médicos, oficinas, etc… lo conseguimos trabajándolo en los momentos más relajados como el ocio y el tiempo libre.
Los niños con TEA a menudo viven estresados o frustrados y por ello es importante y fundamental que puedan disfrutar y relajarse. La educación en el tiempo libre permite mejorar la calidad de vida de los niños y les ayuda a desarrollar habilidades sociales, fortalecer los vínculos que nos unen, tener interés por su entorno y las cosas nuevas. En definitiva aprovechar bien el tiempo libre es positivo.
En mi caso el objetivo principal del ocio y el tiempo libre es pasar un buen rato con mi hijo. Ese buen rato en numerosas ocasiones me ha permitido corregir alguna conducta o poder manejar su frustración. Estoy convencida que los niños independientemente de sus culturas, de sus capacidades o sus idiomas aprenden de lo que viven y si los niños viven rodeados de afecto, seguridad, amabilidad, tolerancia, solidaridad, animo, etc…, eso les dará valores positivos y aprenderán que el mundo es un lugar maravilloso donde vivir y tendrán fe en ellos y en sus capacidades.